Límites de los Sistemas de Información Sanitarios: Personas

Hoy nos vamos a centrar en el tercer y último factor limitante de la tecnología, de los que hablábamos hace unos días.

Incluso en escenarios ideales (e irreales) en los que la infraestructura está perfectamente alineada con el aplicativo y éste cumple con una buena usabilidad y diseño, aparecen otros factores, relacionados con las personas que usamos las aplicaciones.

  • Formación: Sin conocer la herramienta, es muy difícil sacarle partido. No digamos ya que el usuario tenga una buena percepción de ella. Habría que fomentar cursos completos, de reciclaje, documentación e instrucciones que faciliten que los usuarios estén formados y conozcan las últimas novedades de los programas que utilizan. Un usuario formado, puede ser un usuario satisfecho, incluso con programas mejorables, porque al menos tendrá la sensación de controlar la herramienta, y no la de navegar a la deriva entre pantallas y clicks fuera de sentido.
  • Resistencia al cambio: El ser humano se debate entre la necesidad de evolucionar y la resistencia al cambio, y esto no deja de ser cierto para el usuario de la informática. Uno de los mayores problemas a la hora de implantar nuevas soluciones tecnológicas es la resistencia a cambiar de los usuarios, porque salir fuera de la zona de confort es incómodo para todos. Liderar este cambio de manera efectiva es una forma de asegurarse la participación de todos los agentes implicados, y que la tecnología se integre con sus usuarios de manera óptima. Olvidar esto es avanzar hacia el fracaso, a pesar de que las herramientas sean de calidad.
  • Consultoría: Otro de los factores fundamentales, en los que la intervención humana es decisiva es la fase de consultoría. Es necesario que los procesos y las entrevistas en las que se detectan necesidades y requisitos sean de calidad, para que los productos que se diseñan finalmente den el servicio que se espera y se necesita.
  • Soporte: Prácticamente todas las aplicaciones llevan asociadas un soporte técnico. Es imposible que nada falle o que nadie tenga dudas, que nadie cometa errores o que no haya problemas inesperados, por lo que es imprescindible contar con un equipo técnico que ayude a solventar los problemas, y que pueda mantener una relación con el usuario final: fluida, eficiente y de calidad.

La tecnología es una herramienta, un medio en el que se entrega valor al cliente. Pero no hay que perder de vista que tras ella estamos las personas. En un lado u otro, como proveedores, soporte o usuarios. Cómo nos comunicamos, cómo realizamos la toma de requisitos, cómo expresamos lo que necesitamos, quienes y cuántos son formados y cómo se realiza la formación… En resumen, todo lo que nos afecta como personas en relación a la tecnología, si no está bien gestionado, constituye la tercera limitación de la tecnología, y más aún en el ámbito sanitario.


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