ePacientes, con “e” de evolución

El otro día ofrecíamos una definición básica de lo que puede ser el e-Paciente. Hoy quiero comentarios por qué considero que es una evolución y no una revolución del concepto de paciente.

Según lo veo, una revolución implica una ruptura drástica, el cambio brusco de paradigma, un salto abrupto de lo que se solía a hacer (abandonándolo) por lo nuevo que se hace. Pero en este caso, y esto es una opinión mía, hay varios aspectos que impiden hablar de una revolución:

  • Brecha digital: No todo el mundo tiene acceso a la tecnología, y aun teniendo, no todo el mundo sabe utilizarla convenientemente, o desea hacerlo.
  • Resistencia al Cambio: Al igual que muchos pacientes pueden no estar dispuestos a tomar las riendas (proactivas) de su salud, ni a buscar en la red ni apoyo, ni información; también los profesionales sanitarios pueden dividirse entre aquellos que ya tienen presencia digital y la promueven, y aquellos que pueden ver como una intrusión intolerable que un paciente acuda a consulta con información sacada de Internet, y que como mínimo puedan anotar en un margen: hipocondríaco, como mínimo.
  • Integración: La relación de los pacientes con las redes sociales y en general con la red 2.0 solo pone de manifiesto que la relación terapéutica es una relación comunicacional. Que los canales se amplíen, no quiere decir que se sustituyan. Internet no puede (ni debe) sustituir la consulta presencial, la interacción personal, pero sí puede ampliar la forma en la que se llega a esa comunicación, o la forma que adopta la comunicación entre profesional y paciente. Por eso considero que deben evolucionar integrando estos nuevos aspectos, que hasta hace unos años eran impensables.

¿Cuáles son los retos a los que nos enfrentamos para que la eSalud sea algo cotidiano? Por citar solo los primeros que se me vienen a la mente: la interoperabilidad de los sistemas sanitarios, la gestión de la seguridad de la información, la gestión del conocimiento que se genera y que se comparte para poder filtrar qué informaciones son veraces y cuáles no; evitar la exclusión de los pacientes que no tienen acceso a TIC… y mil más.

Los retos son múltiples (y muy interesantes, ¿no?) pero a veces –sinceramente- viendo la presión asistencial de nuestros profesionales, las dificultades económicas que impiden la mejora de la dotación de las infraestructuras, todo esto parece sacado de una película de ciencia ficción.

De todas formas -y a pesar de las dificultades-, hay que tener en cuenta que la evolución avanza, quizás más lenta que una revolución – que es mucho más llamativa y sonora-, pero su paso es imparable. Y si, no que se lo digan a Darwin… No podemos perder de vista este fenómeno, ya que todos en algún momento somos o seremos ePacientes. Solo es cuestión de tiempo.


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