Sistemas de Información Sanitaria: ¿Nostalgia analógica o satisfacción digital?

La inclusión de la tecnología en el ámbito sanitario es un hecho indiscutible y sus beneficios son numerosos. Pero a pesar de sus indudables ventajas, es muy frecuente escuchar quejas continuas y constantes sobre aspectos diversos aspectos de la tecnología. ¿Quién ganaría en una hipotética batalla entre lo analógico y lo digital?

Papel 1 – Tecnología 0

1965 – Cojo una hoja y escribo: <<María tiene 32 años, tiene alergia a las penicilinas. Presenta fiebre e irritación en la garganta. Se le receta un macrólido para evitar infecciones, ya que tiene faringitis>>.

2013 – Abro el programa. Espero a que arranque. Introduzco mi nombre y mi contraseña. Pico en la pantalla A, busco al paciente. No está en el sistema, lo introduzco: me pide de todo: meto su nombre, apellidos, fecha de nacimiento, señalo que es mujer. Grabo. Salgo de la pantalla. Ahora pico en alergias, se me abre otra ventana. Clico en alergia a las penicilinas. Grabo. Espero que grabe. Salgo de la pantalla. Me voy a la pantalla de síntomas: busco los síntomas en un deplegable, marco los dos. Pico en diagnóstico inicial, busco el código de faringitis aguda. Grabo. Voy a la pantalla de recomendaciones terapéuticas. Busco el medicamento que le voy a recetar. Lo marco, lo añado, lo grabo. Introduzco un texto libre y grabo todo. ¿¿Qué se ha colgado?? ¿¿Lo he perdido todo??

Papel 0 – Tecnología 1

1965 – Pido la historia clínica de un paciente. Tras unos días me la traen de archivo. Quiero ver la evolución de unos parámetros en sus resultados clínicos. Rebusco entre los papeles de la historia, es muy voluminosa porque el paciente tiene un seguimiento desde hace años. Voy pasando hoja tras hoja en busca de los resultados, tengo que ir leyendo toda la documentación en la búsqueda. Encuentro los datos que voy anotando en un papel para ver alguna tendencia interesante. Pasa bastante tiempo hasta que he revisado los datos de un año, y compruebo que se han debido traspapelar varios resultados porque no los encuentro.

2013 – Abro el programa. Me identifico. Busco al paciente en el sistema y le doy al botón de mostrar evolución gráfica de las analíticas. Veo en un golpe de vista la tendencia del parámetro que busco.

La batalla entre el presente digital y la nostalgia analógica está mediada por una serie de circunstancias que hacen que unas veces la victoria se decante por uno o por otra. Si nos fijamos en el primer ejemplo, está claro que la tecnología parece hacer más engorroso un trabajo que en papel se realiza en cuestión de segundos. Entonces, ¿qué beneficios tiene “complicar” algo sencillo? La respuesta nos la da el segundo ejemplo, donde la tecnología se impone a las montañas de papel. Precisamente por la labor (engorrosa) de codificar la información, luego se puede explotar la información de una forma cómoda y rápida.

Pero aún así, ¿existen factores intrínsecos a la tecnología que hacen que ésta se perciba como negativa o que se vea limitada? En mi opinión sí, y aunque seguramente haya muchos otros factores, existen algunos fundamentales que se estructuran en base a tres pilares:

  • la infraestructura tecnológica,
  • el diseño de las aplicaciones
  • y la relación de las personas con lo tecnológico.

De la interrelación de estos tres aspectos surge la percepción que el usuario final tiene de los sistemas que utiliza. Y de ellos muchas veces las quejas y la añoranza de antiguos sistemas, del papel incluso. En próximos artículos expondré mi opinión sobre estos tres factores, cómo determinan la percepción que se tiene de la tecnología, y cómo podrían mejorarse la percepción de los sistemas modificando alguno de sus aspectos básicos.


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