Giacomo Bianchi es un comerciante veneciano que en el año 1413 se pregunta por el futuro de su negocio mientras ve partir uno de sus barcos, si naufraga está perdido. Si estuviéramos con él, y le preguntáramos sobre los datos de sus ventas de ese año y sus previsiones para el siguiente, seguramente nos pediría que le acompañáramos a su trastienda para revisar con él sus anotaciones en sus legajos y libros de cuentas, y tardaría un buen rato en poder darnos una respuesta, en la que seguramente utilizaría mucha parte de su intuición y experiencia previa. Si le preguntáramos lo mismo a uno de sus descendientes ‑coetáneo nuestro- sobre lo sucedido este año 2013, posiblemente abriría su ERP, buscaría los informes adecuados, filtraría lo que le interesara y nos los mostraría en su smartpohe, quizás a kilómetros de distancia de su delegación principal. O bien, utilizaría una solución BI mientras esperara un mail que le confirmara si el último pedido ha llegado a su destinatario.
Lo que está claro es que, en cualquier época, se busca responder a cuatro preguntas fundamentales: ¿Qué ha sucedido?, ¿Qué está sucediendo?, ¿Por qué sucede? y ¿qué sucederá en el futuro? Actualmente, las técnicas, productos y modalidades de Business Intelligence ofrecen soluciones para poder responderlas de manera mucho más eficaz, rápida y sencilla que con herramientas anteriores. En mi opinión, ésa sería esencia del BI, porque…
- …a la pregunta sobre qué ha sucedido, se puede responder con soluciones de reporting (Informes, etc.).
- …para saber qué está pasando, se puede realizar una monitorización de los indicadores que se definan en su momento.
- …a la hora de buscar causas, las soluciones BI ofrecen herramientas de análisis para estudiar tendencias, relaciones de lo sucedido, que permitan encontrar patrones y pautas explicativas.
- …para intentar predecir qué sucederá en un futuro, se pueden utilizar el BI para establecer modelos en los que establecer diferentes escenarios y estudiar posibilidades.
Desde luego, para poder hacer todo esto hay que contar con los datos, y por tanto podemos desglosar el BI en los siguientes apartados:
- En un mundo como el actual, el origen de los datos puede ser variado y provenir de distintas fuentes (distintas bases de datos, distintas aplicaciones, diferentes formatos…), habrá que armonizar sus diferencias y construir un marco común. Esto da lugar a que en este ámbito del BI se hable de procesos ETL que son el acrónimo inglés de Extract – Transform – Load y que constituyen el núcleo de las tareas básicas para poder trabajar con fuentes de datos diversas y heterogéneas.
- Una vez hecho lo anterior, habrá que buscar soluciones para almacenarlos, y hacerlo de una forma eficiente, que facilite su consulta posterior. Por eso aparecen en esta rama los conceptos de data warehouse y data mart. ¿Por qué no usar las bases de datos transaccionales? La respuesta la iremos viendo con calma en otra entrada.
- Y por último, la tercera zona que aparecerá en una hipotética radiografía del BI se refiere a la consulta de los datos, a lo que realmente permitirá extraer información y obtener el valor añadido del BI en cualquier negocio. Aquí aparecen las soluciones de reporting, los cubos OLAP, los dashboards, los cuadros de mando, etc.
En realidad, lo que nos separa del Giacomo Bianchi del siglo XV no es que haya una diferente necesidad de información y de dar respuestas a los interrogantes sino que, hoy en día, contamos con herramientas más sofisticadas para buscar esas respuestas y reducir la incertidumbre. Pero en esencia, el objetivo es el mismo: saber si el barco que vemos zarpar llegará a buen puerto.