Ya vimos que a lo largo de la década de los 90 se fue implantando el uso de una tarjeta sanitaria individual expedida por las CCAA con competencias transferidas o bien por el INSALUD para poder dar respuesta a la necesidad de incluir a personas que no estaban en posesión de la cartilla de la seguridad social, por lo que se opta por un documento denominado Tarjeta Sanitaria Individual.
En 2001 suceden dos cosas que impulsan definitivamente el establecimiento de TSI como medio identificador del paciente, además de ser un mecanismo de acreditación de asistencia sanitaria.
- Ese año se produce el traspaso de las CCAA que quedaban en el INSALUD a excepción de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla que quedan dentro del INSALUD, y que al final se transformará en el actual INGESA.
- Ese mismo año desde el Ministerio, ve necesario un sistema de identificación único para el paciente en todo el SNS, ya que la situación actual no permite la identificación única de los pacientes, puesto que cada órgano competente ha expedido distintos CIP.
En el momento del traspaso, las CCAA del INSALUD podrían haber optado por cambiar el sistema de asignación del CIP por algún nuevo algoritmo autonómico (con las nuevas competencias adquiridas tenían esa potestad), pero deciden firmar un acuerdo en el que se comprometen a seguir usando el mismo algoritmo que venían usando hasta ahora (proporcionado hasta el momento por el INSALUD). Más tarde, Baleares abandonaría el acuerdo para crear su propio código de identificación CIP.
Esta es la razón de que haya Servicios de Salud que compartan el algoritmo de creación de CIP por ejemplo Madrid y Castilla y León. Y otros no, como por ejemplo Cataluña o Andalucía.
El paso que dieron esas CCAA estaba en línea con la idea del Ministerio de buscar un identificador único para todo el SNS. Sin embargo, el resto de CCAA, ya tenían sus propios sistemas, y los sistemas informáticos adaptados a ello. Por lo que implantar una nueva y única TSI para todos se comprobó inviable, porque sería deshacer los pasos de los últimos años de las autonomías que ya habían implantado sus propios sistemas.
Así que el Ministerio llegó a la conclusión de que mejor que crear una nueva TSI para todo el SNS con un identificador homegéneo, lo ideal sería crear una base de datos a nivel estatal a partir de las bases de datos de las distintas CCAA y asignar a cada ciudadano un (nuevo) código a nivel SNS.
Este nuevo código vincularía el CIP del Servicio de Salud Autonómico con el nuevo código nacional del SNS. De esta forma, siempre se podría identificar de manera única al paciente, ya que ese nuevo código nacional sería vitalicio y único.
Actualmente, las autonomías junto el INGESA, tienen su base de datos de TSI. Estas bases de datos se comunican con la base de datos poblacional del SNS.
En este enlace podéis ver la situación actual y sus detalles técnicos: http://www.msssi.gob.es/organizacion/sns/planCalidadSNS/tic01.htm