Hace unas semanas me preguntaron por qué es tan difícil que los sistemas de información se comuniquen entre sí. El tema me parece fundamental para entender ciertas limitaciones de la tecnología, en especial en el ámbito sanitario, así que voy a extender un poco la respuesta que di en aquel momento.
Está claro que prácticamente todos los actos en los que nos vemos involucrados son actos comunicativos, de una u otra forma. En ellos emitimos, recibimos, filtramos e interpretamos datos, mensajes, información. Y el entorno sanitario no es una excepción porque desde el momento en el que requerimos ayuda, comenzamos un acto comunicativo del paciente con los facultativos y demás profesionales sanitarios, y de éstos entre sí.
Parte de la tecnología que se usa en sanidad, está pensada para apoyar estos actos comunicativos: ya sea para registrarlos, para facilitar el intercambio de datos, o para proporcionar un marco en el que trabajar.
Por otra parte, esa tecnología comenzó a desarrollarse como sistemas aislados y autosuficientes que se han ido haciendo cada vez más complejos y –una vez implantados- se ha hecho patente la necesidad de que se comuniquen entre sí. Cada desarrollo tecnológico se pensó de manera “localista” sin tener en cuenta si algún día tendrían que compartir datos con otros sistemas. Eso ha dado lugar a un verdadero ecosistema sanitario como bien describe J.F.Nieto en esta entrada de su blog.
¿Cuantos niveles de interoperabilidad hay?
Formalmente, esa comunicación entre sistemas puede dividirse en tres niveles que se denominan:
- Interoperabilidad Física.
- Interoperabilidad Sintáctica.
- Interoperabilidad Semántica.
Como vemos, la parte común llamada “interoperabilidad” hace referencia al hecho de que los sistemas van a intercambiar información: van a comunicarse.
Como vamos a ver, estos niveles tienen su equivalencia en nuestro mundo analógico:
- La interoperabilidad física en los humanos es muy clara: si nos referimos a comunicaciones verbales toda la raza humana utiliza el mismo estándar: las cuerdas vocales que generan unas determinadas frecuencias moduladas y los receptores auditivos-visuales. Si este nivel se altera, la comunicación verbal se interrumpe, y habrá que buscar nuevos medios y canales. El cable, los medios wireless, el Bluetooth y demás, son la voz y oídos que permiten que los sistemas se hablen y se escuchen, junto con los protocolos adecuados HW, Ethernet, etc.
- La interoperabilidad sintáctica añade un nivel más de complejidad: el lenguaje. Incluso en nuestro caso, tener bien las cuerdas vocales y los oídos no asegura que nos comuniquemos bien con nuestros semejantes. Por mucho que lo intentemos, si no compartimos una serie de reglas y gramáticas no podremos (comenzar a) entendernos. De ahí la necesidad de aprender idiomas, por ejemplo. En los sistemas informáticos sucede igual, es necesario establecer reglas sintácticas similares para los diversos sistemas, y esto se ha ido resolviendo con lenguajes estándares como HTML, XML, etc. En este sentido, a lo largo de los últimos años se ha ido avanzando mucho.
- La interoperabilidad semántica es el reto actual y, en muchos casos, la razón de que los sistemas no se acaben de entender entre sí. También es un reto para nosotros: seguro que todos tenemos la experiencia de hablar con alguien con quien compartimos lengua, pero con el que no acabamos de entendernos. La razón es muy sencilla: hay que compartir un vocabulario, e incluso así, es necesario asegurarse de que el significado de las palabras que usamos sea común para ambos interlocutores. Si alguien nos dice: “necesito un mango” ¿le habremos entendido exactamente? El contexto nos podría ayudar, pero al final es probable que preguntáramos “¿te refieres a la fruta?” y puede que él nos contestara “no, hombre, necesito un mango para la sartén”. El problema es que a los sistemas les sucede lo mismo, necesitan hacer explícitos y compartir un vocabulario común, con el añadido de que las aclaraciones no son tan ágiles como las que podamos tener nosotros en nuestras conversaciones.
El objetivo es conseguir que los sistemas puedan comunicarse entre sí con agilidad, eficiencia y garantías. Sobre todo si nos referimos a sistemas de información sanitarios, en los que la precisión del dato, su validez y adecuación temporal son críticas.
Ahora bien, a todo lo anterior añadamos la necesidad de que las comunicaciones que mantengamos –entre nosotros, o nuestros sistemas-, sean seguras y fiables y que se cumplan las leyes al respecto; sumemos que para todo esto hay que contar con una infraestructura y medios y que éstos tienen que ajustarse al presupuesto. Añadamos también que es necesario crear reglas y vocabularios comunes para sistemas que a veces difieren en arquitectura, flujos de trabajo y usos… Y así podemos ver algunas de las razones por las que la comunicación entre los diferentes sistemas sea uno de los retos actuales.
Image: ‘Credit Cut in Imperial Telecommunication’Found on flickrcc.net
[…] otra parte otro tema interesante es la interoperabilidad entre dispositivos. Si estáis familiarizados con el mundo de la informática sanitaria el concepto os sonará mucho. […]